Dentro de la multitud de definiciones que hay respecto a la fuerza de ventas, la que más me gusta es: “La fuerza de ventas es el conjunto de vendedores y recursos con los que cuenta una compañía para enlazar la empresa con los clientes actuales y potenciales”. ¿Por qué es la definición que más me gusta? Porque hablamos de recursos. Cuando se habla de fuerza de ventas, a todos nos surge la idea de que vamos a hablar de un equipo comercial que se encarga de buscar y gestionar clientes.
El crecimiento online es frenético y, hoy en día, hay miles de empresas y personas usando Internet para crear o expandir sus negocios. Seguro que quieres unirte a ellos para conseguir más visibilidad y atraer clientes. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que muchos negocios no tienen un plan de marketing online para desarrollar sus diversas actividades, como inbound marketing, SEM, SEO o gestión de redes sociales. ¿Construirías una casa sin un plano diseñado por un arquitecto? ¡Espero que no!
La idea que muchos emprendedores tienen aún de que, cuando montas una Startup, vas a diseñar productos o servicios que van a cambiar el mundo y que se van a hacer millonarios de la noche al día, está muy alejada de la realidad. Normalmente, el lanzamiento de una idea se encuentra siempre envuelto en una incertidumbre extrema.
Vivimos en un mundo de datos. Todo los produce: coches, electrodomésticos, fábricas o herramientas. Incluso los propios seres humanos del siglo XXI producimos miles de datos cada día a través de nuestros teléfonos móviles, relojes digitales, pulseras inteligentes y redes sociales. Años atrás, aunque esos datos estuvieran ahí, en el ambiente, aunque los generáramos igual gracias a nuestras acciones, a nuestro comportamiento, la tecnología no permitía almacenarlos ni la capacidad computacional facilitaba su análisis.